Todo el proceso referente a una mudanza suele ser muy complicado y tedioso para la mayoría de las personas, debido a que involucra muchas tareas, objetos por doquier que deben ser organizados, trámites, transporte de cajas y mucho más.
Sin embargo, no es una tarea imposible. No importa si realizarás la mudanza tú mismo o si contratarás a una empresa para ello, debido a que en ambos casos debes seguir una serie de pasos que quitan tiempo si no se realizan de la forma adecuada.
Por ello, lo ideal es establecer un plan en el cual especifiques cada fase del proceso, las tareas a cumplir y los plazos de tiempo para concluirlo. En este sentido, para facilitarte el trabajo, te ayudaremos a organizar una mudanza y no morir en el intento. Sólo debes seguir los pasos a continuación.
Planifica con anticipación
La clave para que cualquier proceso se lleve a cabo efectivamente, empieza por la planificación. En este caso, un tiempo prudente para comenzar a organizar una mudanza es dos meses antes.
Comienza por crear un calendario y lista de tareas generales donde escribirás el paso a paso a seguir durante todo el tiempo que dure la mudanza. Por ejemplo, coloca qué día iniciará, las fechas en las que contactarás con empresas de mudanza para pedir presupuestos (en caso de que lo desees), qué habitación va primero, etc.
Solicita presupuesto a empresas de mudanza
En caso de que quieras contar con la asistencia de una empresa de mudanza, es primordial que te tomes un tiempo para escoger entre varias opciones. Pregunta por los servicios que ofrecen de acuerdo a tus necesidades, el presupuesto y todo lo que necesites para llevar a cabo la contratación.
De esta manera, tendrás muy en claro cuánto dinero requieres para dicho servicio. Ten en cuenta que los presupuestos varían de acuerdo a diferentes factores, así que asegúrate de seleccionar una opción que equilibre calidad – precio.
Organiza y tira cosas que no necesitas
Una vez que pases la fase la planificación, es momento de comenzar a tomar acción. Debes ir organizando y seleccionando los objetos que te llevarás a tu nuevo establecimiento, y tirar o donar las cosas que no te sirvan o no necesites.
Para hacer esto más sencillo, te sugerimos hacerlo por habitaciones. Es decir, puedes empezar por las habitaciones más grandes, hacia las más pequeñas. Una buena idea es partir por la cocina, luego la sala y comedor y, por último las habitaciones y los baños.
Prepara un inventario
Una vez que te deshaces de los objetos que no son necesarios, es momento de elaborar un inventario para tener contabilizado lo que te vas a llevar, la cantidad de cada uno de ellos, etc.
Gracias a eso, evitas algo muy común que ocurre en las mudanzas, y es que se pierdan pertenencias. Puedes hacerlo en forma de cuadro, específicamente organizado por columnas. En la primera escribes el nombre del producto, en la segunda la cantidad de unidades de este producto y en la tercera colocas el nombre de la caja donde se guardó.
Crea un plan de acción para embalar
Cuando tienes contabilizados los productos que te llevarás, lo próximo es crear un plan de acción para el embalaje. En este paso, es importante que establezcas los siguientes aspectos basados en el inventario previamente elaborado:
- Cuántas cajas aproximadamente puedes necesitar.
- Cinta plástica, adhesivos o grapas.
- Etiquetas para identificar las cajas.
Organiza las cajas y etiquétalas
Después de comprar todos los insumos o materiales necesarios para embalar ¡Ponte manos a la obra!. Esta es una de las fases más agotadoras, pero que requieren de mayor atención. Lo ideal es que en el interior de cada caja se guarden los objetos por habitación, de forma que sea más sencillo de localizarlo en el nuevo espacio.
Por ejemplo, puedes guardar en una caja todo lo que estaba en el estante derecho de la cocina, en otra todo lo del estante izquierdo. Después en cada una de ellas, escribir que pertenecen a las cajas de la cocina.
De allí viene la importancia de las etiquetas. Aprovéchalas para identificar a qué habitación pertenece cada caja y, si es posible, lo que hay dentro de cada una. De esta forma, puedes ahorrarte mucho tiempo. ¡No olvides escribir en el inventario en qué caja está cada pertenencia!.
Cosas delicadas y frágiles
Algo primordial que debes saber, es que los objetos delicados y frágiles deben embalarse por separado, sin importar si lo hace una empresa o lo haces tú mismo. Si tienes piezas de valor, lo mejor es que estén almacenadas con una primera capa de algún material que las proteja y, luego introducirlas en cajas.
Con respecto a su traslado, si son de carácter personal, lo ideal es que los transportes tú mismo. De esta forma, serás el único responsable en caso de que se presenten posibles daños.
Cosas pesadas
Por último, con respecto a los objetos de grandes dimensiones o pesados, debes almacenarlos en cajas resistentes para evitar que se deformen. En el caso de objetos electrónicos, te recomendamos guardarlos en su empaque original y, posteriormente, cubrirlos con sábanas o cualquier material que les aporte doble protección. Te aseguramos que si aplicas cada uno de estos pasos, tendrás una mudanza efectiva y sin inconvenientes. ¡Anímate y comienza a organizarte!